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Santiago Muñoz Arbeláez COSTUMBRES en DISPUTA Los muiscas y el Imperio español en Ubaque, siglo xvi Costumbres en disputa Los muiscas y el Imperio español en Ubaque, siglo xvi Santiago Muñoz Arbeláez Universidad de los Andes Facultad de Ciencias Sociales Departamento de Historia Muñoz Arbeláez, Santiago Costumbres en disputa: los muiscas y el Imperio español en Ubaque, siglo xvi / Santiago Muñoz Arbeláez. – Bogotá: Universidad de los Andes, Facultad de Ciencias Sociales, Departamento de Historia, Ediciones Uniandes, 2015. 264 páginas; 17 x 24 cm. ISBN 978-958-774-128-5 1. Encomiendas – Siglo xvi 2. Instituciones socioeconómicas coloniales 3. Cacicazgos – Colombia 4. Muiscas – Colombia – Siglo xvi 5. Colombia – Historia – Colonia, 1550-1810 6. Indígenas de los Andes (Región) 7. España – Colonias – Administración I. Universidad de los Andes (Colombia). Facultad de Ciencias Sociales. Departamento de Historia II. Tít. CDD 986.146 SBUA Primera edición: julio del 2015 © Santiago Muñoz Arbeláez © Universidad de los Andes, Facultad de Ciencias Sociales, Departamento de Historia Ediciones Uniandes Calle 19 núm. 3-10, oicina 1401 Bogotá, D. C., Colombia Teléfono: 339 49 49, ext. 2133 http://ediciones.uniandes.edu.co infeduni@uniandes.edu.co ISBN: 978-958-774-128-5 ISBN e-book: 978-958-774-129-2 Corrección de estilo: Mónica Montes Ferrando Diagramación interior: Karina Betancur Diseño de cubierta: Víctor Gómez Imagen de cubierta: Juan Ignacio Arboleda. Pintura mural del Juicio Final en la iglesia de Sutatausa. Las imágenes que se reproducen en la cubierta y la solapa forman parte de la pintura mural del Juicio Final en la iglesia doctrinera de Sutatausa, en la cual aparece retratado el cacique y sus capitanes indígenas vestidos con traje español y la cacica vestida con una manta indígena. El texto descriptivo de la pintura indica: “Pintose este jvizio a devocion del pveblo de Svta. Siendo caciqve don Domingo y capitanes Do[n] Lazaro, don Ju[an] Neaetariguia, don Ju[an] Corula y don[a] Ana”. La imagen de la cubierta representa a una de las autoridades nativas, posiblemente un capitán, que porta atuendo europeo y reza. La imagen de la solapa muestra una vasija utilizada para tomar chicha que arde en el purgatorio, junto con unos nativos que habían estado bebiendo de ella. Impresión: Editorial Kimpres S. A. S. Calle 19 sur núm. 69C-17 Teléfono: 413 68 84 Bogotá, D. C., Colombia Impreso en Colombia – Printed in Colombia Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida ni en su todo ni en sus partes, ni registrada en o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electro-óptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito de la editorial. A la memoria de mi abuelo, Raúl Eduardo Arbeláez Para Juana y Emilio […] los caçiques e yndios deste reygno […] [habrán] de venyr a ser [crist]ianos e ponerse en buena poliçia para conseguir el conosçimyento de nuestra santa fee catolica [y] hazer lo que buenos [crist]ianos deven […] en ussar las buenas costumbres de [crist]ianos e apartarse de los rrictos e cirimonyas del demonyo que solian usar. Fray Pedro de Aguado, 1569 * * * […] custom was a ield of change and of contest, an arena in which opposing interests made conlicting claims. E. P. hompson Contenido Prefacio · xv Agradecimientos · xxi Introducción: vida cotidiana y colonialismo · 1 Estructura del libro · 23 1. Geografía de la encomienda · 27 “Desmembración” · 30 Expansión · 39 Encomenderos e indígenas · 42 Movilidad · 53 Una nueva centralización: el corregimiento · 63 2. Nombrar, clasiicar, reducir · 69 Listas y clasiicación personal · 72 Pueblos, jardines y rebaños · 87 Muisca pastoral · 95 3. Biohote | borrachera · 103 La ceremonia · 108 Caciques y doctrineros · 118 xi xii costumbres en disputa 4. Biohote, economía y sociedad colonial · 135 Las iestas y la economía del cacicazgo · 136 La economía de la encomienda · 148 5. En hábito de español · 163 Un indio en traje español: dominando las artes españolas · 166 La herencia cristiana · 173 “Economía de la tierra” · 181 Epílogo: escenarios coloniales · 195 Bibliografía · 209 Índice analítico · 231 Índice de recursos gráicos Figuras 1. 2. 3. 4. 5. Portada del Libro de las maravillas del mundo, por Jean de Mandeville · xviii Grabado que acompaña la edición realizada por heodor de Bry de la obra de Bartolomé de las Casas · 7 Portada de la Historia general de las conquistas del Nuevo Reyno de Granada, por Lucas Fernández Piedrahíta · 36 Detalle de la portada del libro de Lucas Fernández Piedrahíta en que se ilustra al cacique de Ubaque · 37 Entrada de una “india del servicio” en la numeración de Pausaga, 1594 · 75 Mapas 1. 2. 3. 4. 5. 6. Nuevo Reino de Granada · 3 Valle de Ubaque · 5 Encomiendas en el valle de Ubaque, 1570 · 33 Conlictos entre caciques, valle de Ubaque 1550-1590 · 38 Los cacicazgos muiscas alrededor de 1470 · 65 División de corregimientos en la provincia de Santa Fe · 66 xiii xiv costumbres en disputa Tablas 1. 2. 3. 4. Encomiendas del valle de Ubaque circa 1560 · 49 Encomiendas del valle de Ubaque, circa 1595 · 50 Cambio demográico en el valle de Ubaque entre 1560 y 1595 · 50 Indios huidos y ausentes en la visita del oidor Miguel de Ibarra al repartimiento de Pausaga, 1594 · 57 5. Nombres y orden colonial · 76 6. Extracto de una entrada en la numeración de Pausaga hecha por Miguel de Ibarra, 1594 · 77 7. Composición del nombre nativo · 80 8. Numeración de la visita realizada por el oidor Miguel de Ibarra al repartimiento de Pausaga · 143 9. Composición demográica de Ubatoque, inspeccionado por Miguel de Ibarra en 1594 · 145 10. Composición demográica de los cacicazgos del valle de Ubaque que fueron inspeccionados por Miguel de Ibarra y Luis Henríquez entre 1594 y 1604 · 146 Esquemas 1. 2. 3. Esquema del ordenamiento espacial de los pueblos de indios según las instrucciones de Tomás López en 1558 · 91 Intercambios entre los caciques, capitanes e indios del común · 139 Esquema del tributo en mantas bajo el sistema de la encomienda · 150 Gráico 1. Composición de la población adulta de la parcialidad del cacique en Pausaga, 1594 · 144 Prefacio* El 12 de agosto de 1542 se reunieron en la ciudad de Santa Fe el capitán Juan de Céspedes, Hernán Vanegas —el alcalde mayor de la ciudad—, el escribano Honorato Vicente y cinco caciques, capitanes e indios principales del valle de Ubaque. Habían pasado cinco años desde la entrada de la expedición de Gonzalo Jiménez de Quesada en los Andes y cuatro años desde que Quesada y sus hombres hubieran asesinado al zipa, la autoridad principal de los Andes muiscas. Es difícil comprender las ideas que podía evocar la nueva ciudad para los cinco muiscas que participaron en la reunión. La recién fundada ciudad de Santa Fe se erigía en los dominios del zipazgo y seguía siendo el centro de poder de la región pero ahora bajo el mando de los oiciales de Carlos v, el emperador de una monarquía que aspiraba a ser universal y unir al mundo en torno al catolicismo. En un gesto muy signiicativo, los conquistadores decidieron llamar a la ciudad principal del reino “Santa Fe de Bogotá”, adaptando al español el vocablo utilizado por los muiscas para nombrar al “cacique de caciques” e indicando que Bogotá ahora sería un lugar cristiano. De manera también simbólica, los indígenas de la región siguieron utilizando su vocabulario político para aludir a los oiciales reales, llamándolos çipaes o zipas1. Los cinco hombres que respondieron al llamado de Céspedes eran principales e importantes dentro de las comunidades nativas. Accotequa era capitán de Ubaque y Quecaçipa era cacique y señor de Queca. Los otros tres dijeron que se llamaban Fosca, Yteboye e Yzaziaga. Por ser hombres distinguidos dentro de sus comunidades iban vestidos con las prestigiosas vestiduras que las comunidades muiscas tejían con algodón y pintaban cuidadosamente con pinceles y tintas especiales. Dando inicio al ritual burocrático que los había reunido * Las notas de este prefacio van al inal, adonde remitimos al especialista. xv xvi costumbres en disputa en Santa Fe, el alcalde Vanegas les preguntó sus nombres a los cinco nativos a través de un intérprete que conocía la lengua muisca y le pidió al escribano que los registrara en los libros de la Audiencia. Después de esto, Vanegas tomó a los indígenas por las manos y en un gesto simbólico los entregó al capitán Juan de Céspedes diciéndole “que por ellos y en ellos le daba y dio la posesión e señorío de todos los capitanes, caciques e yndios” de Ubaque. Céspedes a su vez recibió a los indios tomándolos de la mano y le respondió al alcalde que tomaba la posesión de ellos. En señal de posesión, Céspedes les quitó las mantas que traían vestidas y los volvió a cubrir con ellas. El acto de quitarle las vestiduras a estos cinco individuos y volvérselas a poner simbolizaba que Céspedes ahora sería el encomendero de los grupos indígenas a los que pertenecían los cinco individuos. Esta ceremonia se conocía como “toma de posesión” y formaba parte de un amplio repertorio de ceremonias a través de las cuales los imperios europeos tomaban control de otras partes del mundo2. La ceremonia de posesión española más conocida es el “requerimiento”: un breve texto escrito por Juan López Palacios Rubios en 1512 para que los conquistadores se lo leyeran a los nativos antes de emprender nuevas conquistas. El escrito hacía un gran esfuerzo para explicarles a los nativos la racionalidad del colonialismo y la manera como la conquista encajaba en su visión de mundo. Decía que “Dios nuestro Señor, uno y eterno, crió el cielo y la tierra, e un hombre e una muger, de quien nos e vosotros y todos los hombres del mundo” descendieron y se diseminaron por el mundo, después de lo cual Dios le dio todo el mundo a San Pedro como su reino, quien a su vez encontró a Roma como el lugar más apropiado para “regir el mundo”. San Pedro nombró a otro hombre que llamaron Papa para “juzgar e governar a todas las gentes, christianos, moros, judíos, gentiles o de qualquiera otra seta o creencia” y dado que uno de estos papas donó las “islas e tierra irme del mar Océano” a los reyes de España, solicitaba a los nativos que lo recibieran como su rey y le rindieran tributo o, de lo contrario, entrarían poderosamente contra vosotros, e vos haremos guerra por todas las partes e maneras que pudiéremos, e vos sugetaremos al yugo e obediencia de la yglesia e de sus Magestades, e tomaremos vuestras personas e vuestras mugeres e hijos e los haremos esclavos, e como tales los venderemos e dispondremos dellos como sus Magestades mandaren, e vos tomaremos vuestros bienes, e vos haremos todos los males e daños que pudiéremos […] y protestamos que las muertes y daños que dello se recrecieren sea a vuestra culpa e no de sus Magestades, ni nuestra, ni destos cavalleros que con nosotros vienen. prefacio xvii Estos ritos eran colonialismo en acción. La toma de posesión de la encomienda de Ubaque daba vida a una cédula que había escrito Gonzalo Suárez a favor de Céspedes en 1541 y que especiicaba las condiciones de la encomienda. La cédula indicaba que al capitán Céspedes, como “hijodalgo” que participó en el “descubrimiento, conquista, población y paciicación de este Nuevo Reino”, se le depositaban los “indios” para que se pudiera “servir y aprovechar” de ellos en sus haciendas, labranzas y granjerías, mientras que a su vez le encargaba que tuviera “especial cuidado de les enseñar e ynstruyr en las cosas de nuestra Santa Fe Católica”. Los habitantes de Ubaque ahora serían “indios” —una categoría colonial utilizada para agrupar gente muy diferente entre sí pero que ahora tendría una unidad legal ante el imperio—. Esta curiosa categoría tenía a la vez un bagaje global y unas implicaciones locales: recogía una tradición de imaginación geográica medieval que había informado cómo se pensaba el Oriente o la India —una tierra en donde Jean de Mandeville había descrito en uno de los libros más leídos de la Europa renacentista la existencia de sociedades enteras compuestas de criaturas maravillosas, tales como hombres con cara de perros o valientes guerreras como las Amazonas— y que ahora daba pie para conceptualizar el Nuevo Mundo (las “Indias Occidentales”). En términos más prácticos esta categoría deinía el estatus jurídico y administrativo de los grupos nativos y los términos por medio de los cuales se incorporaban en el Imperio español, y lo hacía adaptando y transformando aquellos que deinían la vinculación al imperio hispano de los mudéjares o musulmanes que habían permanecido en la península ibérica tras la reconquista cristiana, antes de su expulsión deinitiva3. A diferencia de otras instituciones coloniales como la esclavitud —y a pesar de que en la ceremonia se le estaba dando posesión de los indios a Céspedes—, bajo la encomienda los indios no se convertían en propiedad privada del encomendero4. Como encomendero, Céspedes no podría vender o comprar indios, ni hacerles malos tratos, ni separar las comunidades o desplazarlas de sus lugares de habitación, como sí lo podría hacer con sus esclavos. La institución de la encomienda ofrecía un campo de posibilidades, que abría algunas puertas para que los indios hicieran sus reclamos y cerraba otras. En un sentido, la ceremonia no era un buen símbolo de la encomienda. En el documento que produjo el escribano, la igura de los indígenas era al mismo tiempo central y marginal: central porque sin ellos el rito no tendría ningún sentido, marginal en cuanto son descritos como completamente pasivos y obedientes. Sus acciones se describen en voz pasiva: “los tomó de la mano”, “los entregó”, “les quitó las mantas” y “se las puso de nuevo”. Era el encomendero quien daba la orden, ejecutaba las acciones y tomaba posesión; xviii costumbres en disputa Figura 1. Portada del Libro de las maravillas del mundo, por Jean de Mandeville Fuente: Jean de Mandeville, Libro de las maravillas del mundo, Valencia, s. n., 1524, Biblioteca Nacional de España, signatura R/13148. prefacio xix los nativos se estaban convirtiendo en el objeto de una posesión. En otras versiones de la ceremonia, los encomenderos les ordenaban arrancar un puñado de yerba y tirarlo al suelo de nuevo o dar una vuelta por el prado, como una muestra de subordinación. En el diario transcurrir de la encomienda, sin embargo, esta imagen pasiva se desvanece rápidamente y se ve claramente que las decisiones y acciones que tomaron los indígenas no solo abrieron nuevas posibilidades para sus vidas, sino que también modiicaron el funcionamiento de la encomienda como institución e inluyeron profundamente en las actitudes y estrategias económicas y políticas que adoptaron los encomenderos, los religiosos y la Corona. En otro sentido, sin embargo, la ceremonia sí representaba apropiadamente a la encomienda y al colonialismo hispano. Quitarles las mantas en cierta medida implicaba despojarlos de sus responsabilidades anteriores y cubrirlos con ellas otra vez era incorporarlos en un nuevo ordenamiento en el que estarían ahora bajo el mando de Céspedes. Al desnudarlos y cubrirlos, los habitantes de Ubaque se convertían en “indios”, se insertaban en una nueva institución y en un nuevo ordenamiento social que no buscaba eliminar ni excluir a los grupos indígenas, sino que los encomendaba en españoles y buscaba convertirlos en vasallos cristianos del rey. Los nuevos vasallos ahora debían vivir una vida cristiana y debían rendir tributo a sus encomenderos y al rey, pero en una manera en que al menos en teoría les permitiera seguir viviendo bajo sus “usos y costumbres”. Costumbres en disputa explora este incómodo proyecto por producir indios que fueran cristianos y a la vez mantuvieran sus costumbres bajo la institución de la encomienda, y muestra cómo las comunidades muiscas del valle de Ubaque a la vez respondieron, redimensionaron y resigniicaron la dominación colonial. Mientras que los capítulos tratan sobre temas tan diversos como la reorganización de los espacios y paisajes nativos, la formación de una economía colonial en el valle, la manera como los muiscas utilizaron las cortes coloniales y como se relacionaron con sus encomenderos, y el proyecto de cristianización y los avatares que acompañaron el surgimiento de identidades cristianas; la inquietud básica que subyace a todos ellos es comprender el signiicado del colonialismo hispano y las consecuencias que tuvo en la vida cotidiana de los muiscas del valle de Ubaque. Me interesa mostrar las transformaciones en la manera en que hablaban de los mundos sociales en los que estaban insertos, los nombres que llevaban y las categorías en que se clasiicaban, los sitios en los que vivían, la ropa que se ponían, las maneras en que se podían relacionar entre sí y las formas en que participaron en las instituciones coloniales, las volvieron suyas y a menudo las usaron para negociar las características de su vinculación con el imperio hispano. No solo se trata de explorar la forma como xx costumbres en disputa las comunidades nativas vivieron la transición al orden colonial, sino también la manera como se tejió ese orden colonial. El libro explora la gestación de un mundo conlictivo y complejo, en el que no solo los indios tuvieron que responder y ajustarse a las nuevas exigencias coloniales, sino en donde también los encomenderos tuvieron que entender, aceptar e incluso en algunas formas integrarse en las comunidades nativas. 1 Los documentos en los que se basa este prefacio se encuentran en Archivo General de Indias, Sevilla (en adelante, agi/s), Justicia 502, n.º 2, r. 1. Sobre la muerte de los zipas Tisquesusa y Sagipa, véase Juan Friede, Los chibchas bajo la dominación española, Bogotá, La Carreta, c. 1975, pp. 187-192. Muchos aspectos sobre la fundación de Santa Fe de Bogotá permanecen confusos en las fuentes, tales como cuándo y en dónde se fundó y cuál era el papel de este espacio antes de la invasión española. Juan Friede sugirió que el sitio donde se fundó la ciudad era el cercado del zipa y diferenció entre dos tipos de fundaciones: una de hecho, que implicó la ocupación del espacio y la construcción de ranchos de bahareque con techos de paja realizada por nativos para los colonizadores, y otra jurídica que habría tenido lugar el 27 de abril de 1539 y en la cual se habría nombrado cabildo (Friede, Los chibchas…, cit., pp. 107-125). Germán Mejía también apoya el argumento de las múltiples fundaciones. Germán Mejía Pavony, La ciudad de los conquistadores 1536-1604, Bogotá, Pontiicia Universidad Javeriana, 2012. Un problema adicional surge en relación con el nombre de la ciudad. Durante todo el periodo colonial fue común diferenciar entre Santa Fe (la ciudad de españoles) y Bogotá (un pueblo de indios ubicado donde hoy en día se encuentra Funza). Sin embargo, el nombre completo de la ciudad desde su fundación fue Santa Fe de Bogotá. Bogotá era la castellanización del vocablo Muyquyta (Jorge Augusto Gamboa, El cacicazgo muisca en los años posteriores a la conquista: del sihipkua al cacique colonial, 1537-1575, Bogotá, icanh, 2010, pp. 154-157). Sobre la alusión a los oidores como çipaes, véase el capítulo primero, “Geografía de la encomienda”. 2 Patricia Seed argumenta que los distintos rituales y ceremonias que los imperios europeos utilizaron para tomar posesión del Nuevo Mundo muestran que no había un entendimiento compartido del signiicado de la posesión, sino que cada “nación” (Inglaterra, España, Portugal y Holanda) señalaba la posesión de manera distinta, lo que a su vez se veía como un relejo de distintas formas de construir la autoridad imperial en ultramar. A diferencia de Seed, este libro se enfoca en la encomienda como una institución colonial y el tipo de relaciones que creó entre las sociedades nativas y el Imperio español. En ese sentido, este libro sugiere que es más relevante comparar las instituciones coloniales y su desenvolvimiento en los diferentes lugares que los ritos de posesión para comprender cómo los imperios atlánticos tomaron diferentes trayectorias. Patricia Seed, Ceremonies of Possession in Europe’s Conquest of the New World, Cambridge, Cambridge University Press, 1995. 3 Karen Graubart, “De qadis a caciques”, en Bulletin de l’Institut français d’études andines, vol. 37, n.º 1, 2008, pp. 83-95. 4 El derecho hispano desde Las Siete Partidas diferenciaba entre propiedad y posesión, la segunda implicando solo tenencia. Brian P. Owensby, Empire of Law and Indian Justice in Colonial Mexico, Stanford, Stanford University Press, 2008, p. 91. Agradecimientos Este libro es producto de mi formación en el Departamento de Historia de la Universidad de los Andes. Allí encontré profesores de quienes no solo tuve el privilegio de aprender en los salones de clase, sino que me ofrecieron su amistad y me abrieron las puertas para trabajar con ellos. A Mauricio Nieto, Margarita Garrido, Hugo Fazio, Claudia Leal, Marta Herrera y Camilo Quintero, van mis más profundos agradecimientos. Asimismo tuve la oportunidad de aprender de otros maravillosos profesores como Francisco Ortega, Carl Langebaek, Alberto Flórez, Diana Bonnett y Mónica Espinosa. Quisiera que todos ellos encontraran que mis preguntas, mis argumentos y mis preocupaciones son derivados de sus enseñanzas y de las conversaciones y discusiones que sostuvimos. Desde el 2009, cuando me incorporé al Departamento como coordinador de posgrados, mis agradecimientos hacia Mauricio Nieto, Hugo Fazio, Ricardo Arias, Camilo Quintero, Claudia Leal, Katherine Bonil y María Camila Nieto han aumentado por la generosidad con que me abrieron espacios y aceptaron mis excesivos permisos para culminar este trabajo. Fuera del Departamento, el apoyo y la generosidad de Monika herrien —quien compartió conmigo no solo su conocimiento, sino las extensas y maravillosas bases de datos de sus investigaciones— fueron invaluables. La participación de Joanne Rappaport en esta investigación no se limita a las numerosas referencias que hago a sus importantes investigaciones, sino que como lectora hizo importantes aportes para desarrollar este manuscrito. Marcela Echeverri sometió partes del manuscrito a su juiciosa lectura. A las dos les agradezco pues sus agudos comentarios y sus extensos conocimientos sobre historia colonial contribuyeron a fortalecer la argumentación y las interpretaciones. Agradezco a Juan Fernando Cobo las largas discusiones en Sevilla sobre la formación del imperio hispano y su proyecto de cristianización en Suramérica, así como haber compartido conmigo su aún inédita tesis doctoral. xxi xxii costumbres en disputa Tanto las discusiones como su tesis dejaron una huella en este libro. En la Universidad de Yale, agradezco a Stuart Schwartz, Gilbert Joseph, Patricia Pessar (q. e. p. d.), Enrique Mayer, Marcela Echeverri, James Scott, John Mack Faragher, Ned Blackhawk, Francesca Trivellato y Steve Pincus por sus fabulosas clases y por acogerme en lo que durante los últimos años ha sido un fascinante hogar intelectual. Esta investigación fue inanciada por el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (icanh) en el marco del programa “Apoyos a investigaciones sobre historia colonial 2008” y luego recibió apoyos del Departamento de Historia y el Centro de Estudios Socioculturales e Internacionales (ceso) de la Universidad de los Andes. En el icanh quisiera agradecer a Guillermo Sosa, Jorge Gamboa y Alexandra Rodríguez por sus pertinentes sugerencias y su comprensión con las demoras en la entrega del manuscrito inal. En el Departamento de Historia y el ceso de la Universidad de los Andes, agradezco a Mauricio Nieto, Ricardo Arias y Hugo Fazio por su interés en esta investigación y por el apoyo para sacarla adelante. Agradezco también al personal del Archivo General de la Nación en Bogotá, donde reposa el material en que se basó este trabajo. Gracias al apoyo del ceso y del MacMillan Center de la Universidad de Yale fue posible complementar la investigación con materiales del Archivo General de Indias, en Sevilla. Yezid Pérez y Adriana Martínez hicieron una cuidadosa labor con la transcripción de documentos en una corta pero importante asistencia de investigación. La investigación se nutrió de distintos espacios de discusión, dentro de los cuales el Taller Umbra tiene un lugar destacado. Umbra es un espacio maravilloso, dirigido por Marta Herrera, que ha contribuido enormemente a la formación de investigadores en ciencias sociales. A Marianne Cardale, Ana María Boada, Ana María Falchetti, María Stella González, Marta Herrera, Eduardo Londoño, Anne Legast, Monika herrien y todos los miembros de las Tertulias del Mundo Chibcha, les agradezco la oportunidad que me dieron de oír interesantes avances de investigación y de presentar una versión preliminar de este estudio. Parte de los desarrollos de la presente investigación se han desprendido del proyecto de investigación sobre “numeraciones” o “padrones” de población indígena que adelantamos en conjunto con Marta Herrera y Santiago Paredes. A ellos les agradezco la generosidad con que han dispuesto material de investigación y ofrecido valiosas interpretaciones. En Ediciones Uniandes, agradezco a los evaluadores anónimos, al equipo editorial y en especial a Martha Lux por la paciencia con la que respondió a cada una de mis preguntas y por el cuidado que tuvo con todos los detalles del libro. Espero que todos ellos puedan ver sus esfuerzos relejados de una u otra manera en este libro. agradecimientos xxiii Sin dos fuentes de apoyo esta investigación hubiera sido imposible de culminar: la tutora de la investigación y mi familia. Marta Herrera tuvo que aceptar demoras, entregas incompletas y divagaciones de todo tipo en distintos momentos. Marta no solo ha compartido sus conocimientos y su tiempo, sino que su investigación y su innovadora academia se han convertido en un referente para mi trabajo. Esta investigación fue testigo del crecimiento de mi familia y de importantes y acelerados cambios en mi vida. En numerosas ocasiones me vi en la necesidad de dejarla a un lado mientras me dirigía por lo que parecían, a primera vista, otros caminos, como mi matrimonio, el nacimiento de mi hijo, la exigente tarea de profesor del Colegio Tilatá, de profesional de investigación de ciencias sociales de la Biblioteca Luis Ángel Arango, de coordinador de posgrados del Departamento de Historia de la Universidad de los Andes y ahora de estudiante de doctorado en historia en la Universidad de Yale. Sólo con el tiempo he podido comprender que mientras mi vida avanzaba no estaba “abandonando mi investigación”, sino sometiéndola a nuevas perspectivas y preguntas, producto de nuevas experiencias. En todo este proceso, mis abuelos, mis padres y mis hermanos me han acompañado y apoyado. Mi investigación está dedicada a Pul, Juana y Emilio. Aunque mi abuelo no vio este libro, su profunda voz, su curiosidad intelectual y su interés en comprender la historia mundial y la realidad colombiana han dejado una impronta en este escrito (y en mí). Hace más de una década Juana y yo nos embarcamos en un viaje insólito, en algunos casos abriendo trochas y en otros recorriendo caminos que no sabíamos a donde nos llevarían. Emilio es hijo de ese viaje. A los dos les agradezco lo recorrido, ha sido una experiencia maravillosa. MENCIÓN DE HONOR, PREMIO NACIONAL DE HISTORIA, 2013. MINISTERIO DE CULTURA / ICANH COSTUMBRES EN DISPUTA explora las tensiones que se desataron entre las comunidades muiscas del valle Ubaque con la puesta en marcha del proyecto imperial hispano y muestra cómo las sociedades nativas a la vez respondieron, redimensionaron y resigniicaron la dominación colonial. El libro se enfoca en los términos culturales en que se desenvolvieron las relaciones entre los muiscas, los encomenderos y las autoridades coloniales, lo que le permite mostrar otra cara de la encomienda: una en que no sólo los indios tuvieron que responder y ajustarse a las nuevas exigencias coloniales, sino en donde también los encomenderos tuvieron que entender, aceptar e incluso en algunas formas integrarse en las comunidades nativas. El libro argumenta que encomenderos e indígenas forjaron un orden común, aunque asimétrico y a menudo contradictorio, en el contexto de una batalla por las costumbres en la que la manera como se hablaba, vestía o dormía constituía un acto político. --“Este libro, bellamente escrito, ofrece una nueva perspectiva sobre el colonialismo español en América Latina y más concretamente sobre la encomienda, una institución de importancia central para el período colonial temprano. El sutil análisis re-imagina la cultura colonial como co-construida por los indígenas y los españoles en una lucha permanente sobre las prácticas de la vida cotidiana, incluyendo la sexualidad, el ritual y las relaciones de producción e intercambio. Los nuevos datos y las conclusiones para el caso del valle de Ubaque son cruciales no sólo para nuestra comprensión de la historia de los Andes del norte, sino también para nuestra comprensión del colonialismo en América Latina en términos más generales. Estudiantes y académicos de la sociedad colonial en México y los Andes tendrán mucho que aprender de las comparaciones que provoca este libro.” Yanna Yannakakis, Emory University “Muñoz crea un argumento novedoso que expande nuestra comprensión de cómo el cacicazgo cambió en el curso del siglo xvi.” Joanne Rappaport, Georgetown University “En este profundo análisis de uno de los grandes señoríos muisca, el autor evidencia el carácter híbrido de instituciones coloniales como la encomienda. Costumbres en disputa rompe de esta manera con perspectivas que tienden a considerar el orden colonial como una imposición en una sola vía, para entenderlo como un complejo engranaje que incorporó prácticas de diversas culturas.” Marta Herrera Ángel, Universidad de los Andes ISBN 978-958-774-056-1